Un autobús viene por la carretera llena de pasajeros y justo en la punta de una

loma se poncha una goma, el chofer se baja y busca un gato hidráulico, la goma de repuesto y le dice a los pasajeros de adelante que lo ayuden.

Al rato, cambian el neumático, los pasajeros suben y el chofer se queda mirando si

todo está bien.

El autobús empieza andar por la carretera a gran velocidad y un hombre viene

corriendo detrás de él, un pasajero que estaba en la parte trasera le grita.

¡Lástima hermano, ya no lo alcanza!

¡Ayúdame! Le grita el hombre, dame la mano.

De eso nada, espera el otro autobús, este ya no lo alcanzas.

Y el hombre le grita a toda voz:

¡Pues trata que lo alcance, porque yo soy el chofer!

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