Se encontraba un flojo durmiendo en una hamaca afuera de su casa, cuando en eso abre los ojos y ve como un alacrán bajaba por el lazo de la hamaca. El flojo simplemente volvió a cerrar los ojos y le gritó a su esposa:

¡Mujer, ve trayéndome el antídoto para piquetes de alacrán!

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