Una niña a su mamá:
Mamá, ¿puedo tocar la plancha?
Y la mamá le dice:
No mija, te puedes quemar, está muy caliente.
Pero, ¿la puedo tocar?
¡No!, ya te dije que está caliente.
Pero la quiero tocar.
Ya después de un buen rato de insistir…
Bueno, pues tócala.
¿Y si me quemo?