Un señor llega al cine y le pregunta a la cajera:
Señora, ¿Cuánto cuestan los tomates?
Y la señora le dice:
Aquí no vendemos tomates.
El señor vuelve a insistir:
Señora, ¿Cuánto cuestan las lechugas?
Y la señora dice:
Aquí no vendemos verduras.
A lo que el señor dice:
¡Que extraño, en ese cartel dice que para ver la película, hay que empezar por pagar la «entrada»!