Pues estaba un día el demonio de los pecados, distribuyendo a los pecadores a sus respectivos infiernos, viene un borracho y su castigo fue estar en una sala llena de licores por cien años, al cumplirlos sale el borracho igual de borracho, luego viene un mujeriego y su castigo fue el encierro en una sala llena de mujeres dispuestas a todo, por cien años, al cumplir el tiempo, sale el mujeriego todo flaco y acabado, por ultimo llega un fumador compulsivo, el cual había robado, por culpa del vicio y su castigo fue el encierro en un cuarto lleno de toda clase de cigarrillos por cien años, al cumplir su tiempo, llega el demonio y le abre la puerta, recibiendo un gran susto, ya que sale el tipo corriendo, desesperado gritando A todo pulmón, un cerillo, un cerillo.