Están dos aceitunas escalando, y de repente se cae una de ellas y dice:

¡Dios mío!, creo que me he roto un hueso.

A lo que la otra responde:

¡Pero eres imbécil, tú estás rellena de anchoa!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *