Chiste Número #3669

Erase una vez un hombre jugando al golf que al acomodar la primera pelota oye que ésta le habla:

¡No me pegues! ¡No me pegues!

El hombre mira con asombro a la pelota y piensa que alguien le está jugando una broma y no le da mayor importancia. Cuando se acomoda para volver a pegarle siente que la pelota vuelve a hablarle:

¡No me pegues! ¡No me pegues!

El hombre asombrado levanta la pelota y ésta le dice que es un genio encantado y que si lo libera, frotando la pelota le concederá tres deseos.

De la pelota sale un elegante genio y le dice:

Te concederé tres deseos con la única condición de que cada deseo que tú me pidas te lo daré, pero le concederé lo mismo a tu esposa multiplicado por 5.

El hombre entusiasmado le dice que no tiene problemas y que su primer deseo era 1.000.000 de dólares.

Entonces, el genio le concede su millón y a su esposa 5 millones.

El segundo deseo es el último Mercedes coleccionable de un color que nadie tuviera. Entonces, el genio le da su auto y 5 para su esposa.

Bueno le dice el genio:

Te falta tu último deseo, piensa bien lo que pedirás.

Está bien le contesta el hombre muy emocionado dice:

Quiero un ataque al corazón así de chiquitito.