Un chico chileno se va a la universidad en Estados Unidos, pero mas o menos a la mitad del semestre se le acaba el dinero que le dieron sus padres .
Se le ocurre entonces una idea brillante y llama a su padre :
Papi, no vas a creer las maravillas modernas de la educación en este sitio. Resulta que aquí en la Universidad de Berkeley tienen un programa para enseñar a hablar a los perros.
¿ Y cómo puedo hacer para que acepten a Tribilín, el perro de la casa?- pregunta su papá –
Solo envíamelo con USD 3,000 y yo me encargo de matricularlo
Así es que el confiado padre envía al perro con los USD3,000
Mas o menos a los 2/3 del semestre el muchacho se gasta la plata de nuevo y decide volver a llamar a su padre.
Bueno, y ¿ cómo le va a Tribilín ? – Le pregunta su padre –
Increíble, Papi. Ya habla hasta por los codos, pero ahora resulta que hay otro curso más avanzado para enseñar a los perros a leer.
¡No jodas…….! ¿Y cómo hago para que entre a ese curso?
Sólo envíame USD 2,500, y lo matriculo en ese nuevo curso.
Así es que el ingenuo padre le envía el dinero.
Al final del curso el chico se da cuenta que el perro no sabe ni hablar, ni leer, ni un carajo, así es que le mete un tiro al perro.
Cuando llega a su casa al final del semestre el padre está esperándolo con júbilo.
¿Dónde está Tribi? Estoy deseoso de escucharlo hablar y leer. Ya tengo separada una revista de animales para que me la lea.
Papá, no me lo vas a creer. Ya lo tenía todo preparado para el viaje a Chile cuando lo veo acostado en el sofá, leyendo el New York Times, como todas las mañanas, cuando de pronto me dice:
¿Bueno, y tu viejo sigue saliendo con la pelirroja ésa que vive enfrente de la casa?
Y el padre le contesta:
Espero que le hayas metido un tiro a ese perro antes de que hable con tu mamá….!!!!!!!
Claro, Papi ¡Eso fue exactamente lo que hice!
Muy bien………Así se hace, hijo.