Yendo de viaje por la carretera, paré en una gasolinera para cargar combustible y aproveché para entrar al baño.

El primer retrete estaba ocupado, y pasé al siguiente. En cuanto me senté en la taza, el señor de al lado dijo:

Hola, ¿qué haces?

No acostumbro platicar con desconocidos y menos en el baño, pero mi calidad de viajero incógnito me animó a contestar:

Pues aquí, de viaje hacia el norte.

¿Y se puede saber de qué se trata? Preguntó el señor de al lado.

Sí, claro, contesté un poco forzado. No es ningún secreto, voy a Monterrey.

Supongo que andas detrás de algún buen negocio, dijo el señor con seguridad.

Sí, bueno, contesté totalmente arrepentido de haber dado pie a esta conversación, eso espero ya que las posibilidades no son malas.

¿Sabes qué?, respondió enojado el señor, luego te hablo, aquí al lado hay un idiota que responde a todo lo que te pregunto.

MORALEJA:

Limítense a hacer lo que corresponde de acuerdo al lugar en donde está:

Si va a la mesa, coma.

Si va a la cama, duerma.

Y si va al baño…¡No hable!

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