Un señor va a la iglesia y le pide a San Pedro:

Por favor, haz que mañana llueva o te rompo con un martillo.

El párroco escuchó esto y cambió de lugar la estatua de San Pedro, puso una igual pero más chiquita para que el individuo no rompiera la más grande.

Al día siguiente, va el señor a la iglesia y le dice:

¿Pedrito está tu papá?

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