Un señor llama a la peluquería para hablar con su esposa y la recepcionista de la peluquería le pregunta cómo se llama su esposa y el señor le responde:
Mia Mascanoza.
La recepcionista le dice:
Lo siento señor, pero todas las señoras que están aquí ya están con el pelo pintado, así que no puedo saber cuál de ellas es su esposa.