Un loco rasca con un solo dedo, siempre en el mismo sitio, la cuerda de un violín. Otro loco que lo observa le dice:

Pues yo, siempre he visto que los violinistas mueven contínuamente los dedos sobre las cuatro cuerdas.

Sí, tiene usted razón, pero ellos buscan el sitio y la nota. Yo en cambio, la encuentro enseguida.

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