Un joven a quien no le gustaba que le dijeran limonada se compró un rifle para dispararle al primero del barrio que lo llamara con ese sobrenombre.
Sus compañeros del vecindario lo sabían y cuando lo vieron pasar se pusieron de acuerdo:
Uno empezó y dijo hielo, el otro gritó agua, y ya en ese momento el joven limonada levantó su rifle en señal de cólera, el otro gritó limón y enseguida el joven limonada apuntó su rifle a los cuatro y el último dijo azúcar, en ese instante, el joven a quien le decían limonada dijo enojado:
Si lo revuelven los mató a todos.