Un jotito iba gritando por la calle:

¡Aguacates, aguacates, aguacates!

Entonces, pasa un señor y le dice:

¡Ya cállate, nadie va a comprar tus aguacates!

¡Aguacates, aguacates, aguacates!

Pasa otro señor y le dice:

¡Ya cállate, entiende que nadie te va a compra nada, ya vete!

Y el jotito, no le hizo caso y siguió gritando:

¡Aguacates, aguacates, aguacates!

Pasa otro señor y le pone el pie, y el jotito se cae con todo y aguacates, y se levanta, y recoge lo que quedó de sus aguacates, y empieza a gritar:

¡Guacamole, guacamole!

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