Un hombre ve un cortejo fúnebre y se da cuenta de que el ataúd lo llevan de costado. Se acerca a un conocido que va detrás del ataúd y le pregunta:
– ¿A quién llevan a enterrar?.
– A mi suegra -dice el amigo-.
– ¿Y por qué de costado?.
– Cállate, -dice el amigo, bajando la voz-. Si la ponemos boca arriba, empezará a roncar.