Una pareja de esposos discutía, y el marido dice:
– ¡Es que tu mamá tiene la culpa de todo!.
La esposa responde:
– Sí, ya sé que tu no quieres a mi mamá.
– ¿Quién dice que no quiero a tu madre?, si yo la quiero igual que a la cerveza.
La esposa, conocedora de la pasión de su cónyuge por la cerveza, le dice con tono de interrogación:
– ¿Tu quieres a mi mamá igual que a la cerveza?.
– Sí, quiero a tu madre como a la cerveza, porque la quiero fría, con la boca abierta y echando espuma.