Un granjero demandó a una empresa de buses por las lesiones que sufrió en un accidente. En el juicio, el abogado de la empresa le pregunta:
¿Acaso no le dijo usted ‘estoy muy bien’ al policía que lo auxilió?
Déjeme explicarle lo que pasó, yo llevaba a mi yegua en el platón de la camioneta…
¡No le pedí detalles, limítese a responder la pregunta! ¿Le dijo usted, sí o no, que estaba muy bien al policía que le ayudó?
Como le venía diciendo, llevaba a mi yegua en el platón de la camioneta y de pronto apareció un bus de su empresa…
¡Señor juez, estoy tratando de demostrar que esta persona le dijo que estaba muy bien a un policía, inmediatamente después del accidente!, ahora después de varias semanas, él demanda a mi cliente y eso se llama fraude. ¡Por favor, dígale que responda la pregunta!
El juez le explica al abogado que está interesado en escuchar la historia del granjero y le pide a éste que continúe.
Pues yo llevaba a mi yegua en el platón de la camioneta y de pronto, en un cruce, me topé con un bus que se comió la señal de pare y me estrelló de lado. Yo quedé paralizado por el golpe y la impresión, pero escuchaba que mi yegua gemía como loca, presa del dolor. Unos minutos después, llegó la patrulla de policía y un agente se bajó alarmado por los gemidos de mi yegua. El policía la examinó y finalmente sacó su arma y le pegó un tiro en medio de los ojos. Luego, vino hasta mí y me dijo, «su yegua estaba muy mal y tuve que pegarle un tiro para que no sufriera», ¿Usted cómo se siente?