Un día un misionero cristiano, salió a evangelizar a unas montañas. Después de esto iba en la selva y ltenía demasiado hambre, entonces mira a lo lejos una cabaña donde hay muchas manzanas, y él las mira, y dice que delicia, acercándose tomó una y se la iba a comér cuando se recuerda que hay que darle gracias a Dios por la comida de cada día.
Entonces orando dice: El señor es mi pastor nada me faltará. Y el Dueño de la casa aparece con un rifle y le dice: ¡¡Y en verdes pastos te hará descansar!!