Un día en un pueblito olvidado se encontraron dos indiecitos y uno le dice al otro:
Compadre, vamos a la ciudad a buscar trabajo.
El otro indiecito le contesta:
¡Vamos pues!
Los dos indiecitos llegan a la gran ciudad de México y al pasar por el «Ángel de la Independencia» uno le dice al otro:
Compadre, ¿ya viste que bonita estuata?
Y el otro indiecito le dice:
Compadrito no sea ignorante, no se dice estuata, se dice menumento.