Un ciego está sentado en una esquina pidiendo limosnas. Lo hace con una lata donde hay una moneda la cual tira con precisión al aire recogiéndola con la misma lata. De forma que hace un sonido característico cuando vuelve a caer dentro de la lata.
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Un tipo va pasando frente al ciego y observa como el ciego lanza la moneda y cae a la lata y procede a agarrar la moneda en el aire.
El ciego no se da cuenta y sigue con su procedimiento, pero ahora no hay sonido.
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El ciego asustado exclama:
¡Ya me fregué, ahora ciego y sordo!