Se encuentran dos ateos y le dice uno al otro:
– Estuve el otro día en la biblioteca y me saqué un libro que se titula: la biblia.
– Y ¿de qué trata?
– Pues trata de un tal Jesucristo, que tenía un amigo que se llamaba Lázaro.
Un día se murió su colega, él estaba de viaje y le llamaron. Para cuando llegó ya llevaba tres días muerto. Así que abrió el sepulcro, le tomó el pulso, la respiración, le hizo masaje cardíaco, electroshock, llamó a una ambulancia, le llevaron a un hospital, le pusieron suero… y lo resucitó.
Y dice el otro:
– Pues no me lo creo!
– ¡No es broma! ¡Pues si te lo cuento como viene en el libro…!