Llega un atlante y le dice a su compañero de la infancia:
Oye Venancio, que tu mujer te engaña con otro.
¡Cómo que me engaña con otro!
Sí, es verdad, que yo acabo de ver.
Y se va Venancio y regresa a los 15 minutos.
Oye Felipillo que te has equivocado, mi mujer no me engaña con otro.
¿Cómo que no te engaña con otro?
No hombre, ¡si es el mismo beturro de siempre!