Llegó un Atlante a comprar un boleto y le dice a la señorita:
¿Me da un boleto para Oaxaca?
Y la señorita se lo da. Al poco rato regresa y le dice a la señorita:
Me da un boleto para Polonia, y la señorita le dice:
No, para Polonia no hay.
En eso le dice el Atlante a su compañera:
Ni modo Polonia, ¡Aquí te quedas!