Esto era una vez un manicomio donde los locos estaban tristes. El director del manicomio decide tomar acción para mejorar esta situación. Este llama al director recreacional del manicomio y le dice la situación y éste le suguiere una piscina para alegrar a los locos. Al día siguiente los locos aparecen en la piscina haciendo clavados, piruetas y 360 desde el trampolín. El director del manicomio se alegra de ver los locos felices otra vez y se lo deja saber al director recreacional, quien contesta:

Sí están felices, ahora deje que le eche el agua a la piscina.

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