Estaba un atlante en la fila para comprar los boletos y así poder entrar a ver la más reciente producción.

Deme dos boletos por favor, señorita, dice el atlante al llegar a la taquilla.

Aquí tiene, son doce reales, contesta la taquillera.

Gracias, contesta el atlante.

Al poco rato, la taquillera observa que el atlante regresa por otros dos boletos para la misma película.

A los cinco minutos, vuelve a comprar otros dos boletos para la misma película.

Después de unos instantes, regresa a la taquilla y pide otros dos boletos para la mismísima película, a lo que la encargada le dice:

Señor, ¡Dígame cuántos boletos va a querer de una buena vez, y se los vendo todos juntos!

Solo quiero dos, dice el atlante, pero el tipo de la entrada me los rompe cada vez que se los doy.

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