Era un italiano, un americano y un atlante:
Eran albañiles y tocan el timbre para la hora de comer y dice el italiano:
Si me vuelven a mandar pizza de comer, me aviento del último piso.
Y el americano dice:
Si me vuelven a mandar hamburguesa de comer, me aviento del último piso.
Y el atlante dice:
Si me vuelven a mandar tortilla de papa, me aviento del último piso.
Y al otro día, al italiano le mandan pizza, y se avienta. Al americano le mandan hamburguesa, y al atlante tortilla de papa, y se avientan, y estaban sus esposas en el funeral y le dice la italiana a la americana y a la esposa del atlante:
Si hubiera sabido que a mi esposo no le gustaba la pizza le mando otra cosa.
Y la americana dice:
Si hubiera sabido que a mi esposo no le gustaba la hamburguesa le mando otra cosa.
Y la esposa del atlante dice:
No entiendo a Venancio, si él se preparaba su propia comida.