En la iglesia dos compadres van a confesarse. Al llegar al confesorio ven que hay dos filas, una está extremadamente larga y en la otra hay dos personas. Así que le preguntan a una de las señoras que está formada:

Disculpe señora, ¿por qué en la otra fila no hay casi nadie y esta está tan retacada de gente?

Es que el padre de aquí está sordo.

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