En el Vaticano el Papa estaba súper aburrido, entonces no encuentra nada mejor que llamar a su chofer para salir a recorrer las calles de roma, pero el chofer conducía tan lento que el Papa más aburrido estaba, entonces decide cambiarle de puesto y se puso el papa a conducir, el hombre iba a 140 km por hora no respetaba semáforo y se subía a la vereda, de repente un policía para la limosina, que sorpresa se llevó a ver al conductor y no atina a nada mas que llamar a su superior explicándole lo que le había pasado el superior le pregunta que quien venia en la limosina y el policía le responde que parece que en la limosina viene Dios, por que viene manejando el Papa.

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