Acababan de salir dos locos del manicomio por su debido mejoramiento, cuando iban por una avenida y uno de los dos se para en el medio de ella con los brazos abiertos diciéndole al otro que era un poste.

El otro al ver la locura que había cometido el amigo llama al director del manicomio y le cuenta lo que estaba haciendo el amigo. El director le dice que lo agarre por un brazo y lo saque de la avenida, y le contesta:

¿Y si me pega la corriente?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *