Había una vez un hombre tan bueno y millonario que le regalaba dinero a los pobres. El hombre teniendo dinero no se arreglaba bien. Un día el hombre dijo:
Caramba yo siendo millonario no me visto bien, de ahora en adelante tendré un nuevo look. El hombre se cortó el cabello, se afeitó y compró ropa nueva. Un día caminando bajo la lluvia le cae un rayo y se muere. Cuando llega al cielo se encuentra a Dios y le dice:
¿Dios, por qué yo siendo tan bueno me tuve que morir?
A lo que le contesta Dios:
Perdóname hijo, pero como te cortaste el cabello y te afeitaste no te reconocí.