Estaba una vez un hombre en la fila para entrar a la plaza de toros en la cual habían como 200 personas en la fila, y a él solamente le faltaban como tres personas para entrar, cuando en eso escucha un grito desde atrás que dice:

¡Manolo!

Y el hombre se sale de la fila para ver quién era, y no ve a nadie, pero ya le ganaron el lugar, y se vuelve a poner atrás y otra vez ya solamente le faltaban dos persona para entrar cuando escucha:

¡Manolo!

Y vuelve a salir y no ve nada y le ganan el lugar. Se pone atrás y otra vez ya solamente le falta una persona y vuelve a escuchar:

¡Manolo!

Y el hombre sale molesto y grita:

¡Hombre, que yo no soy Manolo!

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