Va un conejo a un panadero y le pregunta:

¿Tienes 100 barras de pan?

El panadero dice:

No, no las tengo.

El conejo se va. Al día siguiente vuelve el conejo y pregunta lo mismo. El panadero ya un poco cabreado le dice:

Ya te lo dije ayer, que no tengo 100 barras de pan.

Desilusionado el conejillo se va.

Por la noche de ese día, el panadero le comenta a su mujer:

Pepa, mira, el conejo siempre me pregunta si tengo 100 barras de pan y como le digo que no las tengo, siempre se va muy desilusionado, he pensado en hacer las 100 barras para manaña, a ver si se alegra. Al día siguiente el panadero ya había hecho las barras de pan, cuando viene el conejo preguntando otra vez. Esta vez el panadero le dice:

Si, mira, has tenido mucha suerte, las he hecho todas para ti. El conejo con cara de confusión le pregunta al panadero:

¿Podría tener una de ellas?

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