Una vez la mamá de Jaimito le dijo:

Ve a la carnicería y cómprame 1 kilo de cochino.

Y Jaimito fue directamente.

Mientras él estaba esperando que el carnicero terminara con el otro cliente, Jaimito se metió el dedo en la nariz, cuando lo vio el carnicero le dijo:

¡Cochino!

Y Jaimito le contestó:

¡1 kilo!

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