Una vez iban dos atlantes piloteando un avión (piloto y co-piloto) y llegó la hora de aterrizar. Los dos atlantes empezaron a realizar las maniobras necesarias; bajaron la velocidad, y empezaron a descender con mucha dificultad. Logran poner en la pista de aterrizaje el avión, y aplican los frenos con gran salvajismo. Al detenerse el avión, el piloto dice a su co-piloto:
¡Huf! ¡Que pista tan corta!
A lo que el co-piloto responde:
¡Pero que ancha!