Una tortuguita comienza penosa y lentamente a subirse a un árbol. Después de varias horas de esfuerzo, cuando llega a la punta, se lanza al vacío y se da un feroz golpe en el suelo.

Al rato, la misma tortuguita vuelve a hacer el esfuerzo y lentamente, trepando como puede, llega de nuevo casi a la punta, se lanza y se vuelve a dar otro costalazo.

Nuevamente, testaruda, hace otro tremendo esfuerzo y después de mucho rato y muchos jadeos, va llegando a la punta del árbol cuando se resbala, se vuelve a caer, agita sus patitas y se pega nuevamente un gran golpe en el suelo.

En el mismo árbol en el extremo de una rama, había una pareja de palomas mirándola con lástima, entonces la paloma hembra le dice al palomo macho:

Oye, querido, ¿No te parece que ya es tiempo que le digamos a la tortuguita que ella es adoptada?

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