Una pareja estaba comiendo en un restaurante, él concentrado en su plato, con cara de aburrido y ella, mirando al resto de la gente. La señora de repente reconoce una cara conocida en el bar.
Mira, Ernesto, dice la señora, con lo que el aludido, todavía con cara de lata, levanta su cabeza, ahí está mi «ex», chupando (bebiendo) como enfermo en el bar. Ha estado bebiendo así por diez años, desde que lo dejé.
No hables leseras, dice el actual marido, volviendo a su comida, si no es para tanto, como para que el pobre todavía siga celebrando.