Un tipo acostumbraba ir siempre en su caballo a una cantina. Llega un día y deja su caballo en la entrada del bar, ingresa al bar se toma unas cuantas copas y sale a ver cómo estaba su animal. Al salir ve que está pintado completamente de verde, entonces entra de nuevo al bar y dice:
¿Quién fue el mafioso que se atrevió a pintar mi caballo de verde?
En ese momento se para un tipo que medía como dos metros y dice:
¡Fui yo! ¿Por qué?
No, no, es que ya se secó, por si le quiere pasar otra manita.