Un mexicano con grandes pistolas bebía su tequila en la barra de una bar, cuando entra otro mexicano con cara de pocos amigos, igualmente armado.

El parroquiano increpa al visitante:

Oye tú, ¿Cómo te llamas?

El visitante responde en el mismo tono.

Pos, no te digo nada.

Ante la negativa, el parroquiano, con voz más dura, repite:

Oye tú, ¿No me dirás tu nombre?

El visitante contesta, con mirada indiferente:

Ni modo, a lo cual el parroquiano saca su pistola y le efectúa tres disparos que lo dejan tieso. Luego mientras soplaba el humo del caño de su pistola murmura:

Mañana me entero en los periódicos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *