Un marido llega a su casa, pega un portazo y con lagrimas en los ojos le dice a su mujer:

– María, me he enterado de que nuestro hijo no es mío, es del vecino del tercer piso… ¿ Cómo has podido hacerme esto?

– ¡ chis !, ¡ (Con voz baja) Calla ! ¡ No le digas nada y así nos lo quedamos !

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