Un joven le cuenta a su amigo:

Figúrate que ayer, cuando regresaba a casa a las 9 de la noche, escuché un murmullo como si alguien estuviera peleando. Con mucho cuidado me asomé a través de los arbustos y efectivamente, dos tipos le estaban dando una mano de golpes a otro.

Yo me puse a pensar:

¿Qué hago? ¿Me meto o no me meto? Pero si a mí no me importa, ¿Qué hago? ¿Me meto o no me meto? Así estuve como tres o cuatro minutos. Entonces, el otro le pregunta:

Bueno, ¿Y qué hiciste?

Al final decidí meterme y entre los tres, ¡Le hemos dado una paliza tremenda al tipo ese!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *