Un hombre enfermo fue a ver a un doctor al que nunca había visitado. Al entrar en el consultorio vio un letrero que decía:
Primera consulta $200, consultas subsecuentes $100.
A fin de ahorrarse unos cuantos pesos, saludó al doctor con mucha familiaridad:
¡Qué gusto volver a verlo!
El médico respondió a su saludo con una inclinación de cabeza y procedió a examinarlo. A medida que lo auscultaba, su expresión se iba tornando cada vez más grave.
¿Qué tengo, doctor?, preguntó el paciente, ¿Qué debo hacer?
Bueno, respondió el médico, soltando el estetoscopio, continúe haciendo lo mismo que le dije que hiciera la última vez que me vino a ver.