Un día el rey león dijo:
¡Súbditos míos!, no tenemos agua y necesito que alguien vaya a traer agua, al otro lado de la selva.
¿Quién es el valiente que quiere ir?
Y nadie contesta, en eso dice la tortuga:
Yo voy.
Bueno, si no hay otra opción, responde el rey león.
Después de dos largos meses se vuelven a reunir. El rey león pide al venado su ayuda, pero este responde que tiene algunos asuntos pendientes por lo que no puede ir.
¿Tú chita, puedes ir?
No, yo tengo que ir a ver a mis cachorros.
¡Maldita tortuga, para qué la mande!
Todos los animales:
¡Sí maldita, maldita, ojalá haya muerto!
En eso se asoma la tortuga bien vestida y dice con tono de enojada:
Bueno si siguen hablando mal de mí, ya no voy, y que me importa que mueran de sed.