Un atlante le dijo a otro:

¿Cómo va tu negocio de gallinas ponedoras, Manuel?

¡No está funcionando Pedro! ¡No ponen tantos huevos como pensaba!

Para eso tienes hacerles creer que siempre es de día, o sea, debes tenerlas siempre con luz.

¡Eso hago!, Pero para no gastar tanta electricidad, les vendé los ojos para que no se den cuenta cuando es de noche.

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