Tres hijos dejaron su hogar, se independizaron y prosperaron. Cuando se juntaron nuevamente, hablaron de los regalos que habían podido hacerle a su madre.
El primero dijo:
-Yo construí una casa enorme para nuestra madre.
El segundo dijo:
-Yo le mandé un Mercedes con un chofer.
El tercero dijo:
Les gané a los dos: ustedes saben cuánto disfruta mama de leer la Biblia, y saben que no puede ver muy bien. Le mandé un gran loro que puede recitar la Biblia en su totalidad. Les llevó 20 años a 12 Franciscanos enseñársela. Contribuí con $1.000.000 por año durante 20 años, pero valió la pena. Mamá sólo tiene que nombrar el capítulo y el loro lo recita.
Pronto, la Mamá envió sus cartas de agradecimiento.
Escribió a su primer hijo:
– Andrés, la casa que construiste es tan grande. Yo vivo en un solo cuarto pero tengo que limpiar toda la casa.
Escribió a su segundo hijo:
– Miguel, estoy demasiado vieja como para viajar. Me quedo en casa todo el tiempo, así es que nunca uso el Mercedes.
Escribió a su tercer hijo:
Mi queridísimo Luis, fuiste el único hijo que tuvo el sentido común de saber lo que le gusta a tu madre….
…el pollo estaba delicioso…