Llega un pollito a la cantina y le pregunta al cantinero:

¿Tiene uvas?

El cantinero le responde:

No, no tengo.

Se va el pollito y regresa al poco rato y pregunta lo mismo:

¿Tiene uvas?

El cantinero enfurecido contesta:

No, y si me vuelves a preguntar, te clavo los pies al piso.

Se va el pollito muy triste y a los 5 minutos regresa:

¿Tiene clavos?

El cantinero responde:

No.

Y el pollito vuelve a preguntar:

¿Y, tiene uvas?

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