Había una vez un hombre a quien la esposa golpeaba todos los días y los vecinos ya se habían dado cuenta.

Un día un amigo le dice que cada vez que su esposa empiece a golpearlo él le grite para hacer creer a los vecinos que él es el que domina la situación.

Al llegar a casa esa noche, la mujer empieza a golpearlo a lo que el hombre le grita distintas cosas. En eso ella lo arroja por la ventana y al ver que sus vecinos se habían reunido le dice a su mujer en todo muy molesto:

¡Y me voy y vuelvo mañana, Y qué!

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