Había una vez un borracho que entra a un velorio, y llegó haciendo bulla, cantando; al ver que nadie le seguía la corriente dijo: eh pero que gente tan apagada a ver todos a cantar. Nadie le decía nada. Cuando se acercó al ataúd y lo vio y dijo: con razón está gente no bailaba ¡quien tumbo el bafle!