Este era un atlante muy preocupado porque él quería mucho a Juanita, pero era tan tonto que no sabía cómo declararle su amor.

Un día se encontró un amigo que era poeta y le contó de su angustia, y su amigo le dijo: la próxima vez que la veas dile estas palabras:

«Eres como esa rosa baturra que yo adoro sin empacho».

Pasaron unas cuantas horas y el atlante iba repitiendo el verso para que no se le olvidara, pero una vez que estuvo frente a Juanita le dice muy lleno de inspiración y nerviosismo:

«Eres como la burra que se escapó de mi rancho».

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