Estando ya en el hospital, una parturienta primeriza recibe la visita de un médico que sacando su estetoscopio, le dice que necesita oír el foco para calcular cuánto tiempo se va a tardar en llegar el momento del parto. Después de oírle el vientre, sale apresurado sin decirle nada a la paciente.

A los quince minutos llega otro médico y le dice que se descubra por favor, para poder oírle nuevamente el foco y calcular el tiempo de llevarla a quirófano. A los veinte minutos otro nuevo doctor le dice lo mismo y se retira después de oírle el vientre con su aditamento. La paciente está nerviosa por no saber qué tiempo le falta para el parto, y llama con el timbre a la enfermera.

Sin embargo se presenta un trabajador que trae consigo una escalera y una petaca de herramientas, diciéndole simplemente que trae la orden de cambiar, ¡Un foco!

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