Estaban todos los animales de la selva reunidos ya que estaban pasando por una situación muy difícil, no tenían ni gota de agua. Sólo faltaba el rey de la selva por llegar, cuando llegó, ésta fue su resolución:
Yo como el rey de la selva, decido que los dos animales más feos, se vayan en busca del agua para todos nosotros.
Y el mono que está colgado de una rama, mira de reojo al hipopótamo, y éste, con voz muy ronca le dice:
Mono, no me mires, recoge las cubetas y, ¡vámosnos!